La parte de atrás

Fundación CALOSA expone la obra del artista israelí afincado en Nueva York Ben Hagari, que supone su primera presentación en México. La exposición estrena “La parte de atrás”, una videoinstalación multimedia, con un protagonista al que se le han borrado los rasgos faciales. Diferentes escenarios retratan una existencia mundana en un mundo cuyas marcas han sido eliminadas. Dando constantemente la espalda a la cámara, esta figura aislada transforma la casa en un escenario teatral, donde interactúa con objetos que se vuelven “animados” por su proximidad a la cabeza sin rostro. Hay un deseo constante de comunicarse de forma no verbal y de encontrar la expresión en la ausencia de una mirada, a través de utilería, los sonidos y el juego. Se crea un efecto desfamiliarizador mediante intervenciones conceptuales y materiales: el maquillaje y la utilería se manipulan para construir una existencia borrada y convertir lo real en artificial. La obra genera una estructura binaria: atrás y adelante, delante y detrás, serio y divertido.

El vídeo retrata rutinas diarias que consisten en absurdas actividades de limpieza: barrer la arena de la playa, aspirar su propio cuerpo y limpiar el reflejo de su persona en la ventana. El proceso de limpieza se convierte en purificación, borrado o anulación. En estas acciones de autocastigo, la identidad se desnuda para descubrir la vergüenza. Se produce una lúdica inversión de papeles entre la “marioneta” (de espaldas) y el artista “titiritero” (de frente). Las limitaciones de la representación, que se limita principalmente a gestos estáticos, dan lugar a una tensión oculta entre las dos partes: una cabeza que descansa cómodamente sobre una almohada es, por tanto, una cabeza que está siendo estrangulada. Aunque el vídeo parece estar aumentado por efectos especiales animados, en realidad son de acción en vivo, transgrediendo los límites entre los espacios reales e imaginados.  

El trabajo en el proyecto comenzó en el apartamento del artista en Nueva York durante la cuarentena. Mientras que el aislamiento es un estado que a menudo se impone a los personajes de Hagari, COVID-19 convirtió los escenarios hipotéticos en realidad. La casa se convirtió en un plató de cine y no al revés.

Omar López-Chahoud

Fundación CALOSA exhibits the work of Israeli born, NY-based artist Ben Hagari, which marks his first presentation in Mexico. The exhibition premieres “The Back Side”, a multimedia video installation, featuring a protagonist whose face has been erased from facial features. Different scenarios portray a mundane existence in a world whose marks have been removed. Constantly turning his back to the camera, this isolated figure transformed the home into a theatrical stage, where he interacts with objects turned “animated” by their proximity to the faceless head. There’s a constant desire to communicate non verbally and find expression in the absence of a gaze, through props, sounds and play. A defamiliarizing effect is created through conceptual and material interventions: make-up and props are manipulated to construct an erased existence and turn the real into artificial. The work generates a binary structure: backward and forward, front and rear, serious and funny.

The video portrays daily routines consisting of absurd cleaning activities: sweeping sand on the beach, vacuuming his own body, and windexing his self reflection from the window. The cleaning process becomes cleansing, erasure or cancellation. In these actions of self-punishment, identity is striped out to uncover shame. A playful role reversal takes place between the “puppet” (back) and the artist ”puppeteer” (front). The constraints of the performance, limited mostly to static gestures, result in a hidden tension between the two sides: a head resting comfortably on a pillow is thus a head being strangled. While the video appears to be augmented by animated special effects, they are in fact live action, transgressing the boundaries between real and imagined spaces.  

The work on the project started at the artist apartment in New York during quarantine. Whereas isolation is a state often imposed on Hagari’s characters, COVID-19 turned hypothetical scenarios into reality. The home turned into a film set instead of vice versa.

Omar López-Chahoud

Este proyecto fue apoyado en parte, por las becas Artis Exhibition Grants 2021 y Foundation for Contemporary Arts Emergency Grant.

Dossier